Una variz es el ensanchamiento patológico del tramo de una vena (o de un grupo de venas interconectadas entre sí en un tramo cercano de su recorrido por el cuerpo) y cuyos mecanismos para mandar sangre de vuelta al corazón han fallado total o parcialmente.
Estos mecanismos de los que la vena dispone para impulsar a la sangre en su camino de retorno al corazón son membranas con forma de embudo o de nido de golondrina, las cuales facilitan que el líquido pase de un lado a otro pero dificultan que fluya en el sentido contrario.
Cuando estos se ven dañados o limitados, la sangre se acumula en ese tramo de la vena, y por consiguiente ese vaso sanguíneo se dilata en esa zona.
Si la parte de la vena en la que ocurre esto está cerca de la piel, es probable que pueda verse a través de esta; suele asemejarse a una maraña de vasos sanguíneos con un intenso color rojo o púrpura.
Cabe destacar que las varices pueden salir debido al embarazo, estreñimiento, un tumor, o sobrepeso y obesidad.
También puede tener un mayor riesgo de desarrollar várices si usted es mayor, está sentado o permanece de pie durante períodos largos, tiene un estilo de vida sedentario, tiene sobrepeso u obesidad, o tiene antecedentes familiares de várices o trombosis venosa profunda, un tipo de tromboembolismo venoso.
El embarazo y el parto también aumentan el riesgo en la mujer, especialmente los partos múltiples.
Existen dos tipos diferentes de varices:
· Varices superficiales: Es el tipo más frecuente. Conocidas como telangiectasias o arañas vasculares son varices de pequeño tamaño, muy visibles, que suelen causar preocupación. “Este tipo de variz no suelen tener mayor significación patológica y suele ser un problema principalmente estético, no suele provocar problemas en la piel de oscurecimiento o de dermatitis, ulceraciones o flebitis”, añade.
· Varices tronculares: Pueden presentar diferentes grados de dilatación y son las varices propiamente dichas: venas dilatadas y que pueden ser más o menos visibles.
Los signos y síntomas de las várices incluyen abultamiento, venas azuladas; hinchazón; dolor punzante; sensación de pesadez en las piernas y los pies; picazón; cambios en el color de la piel; y calambres en las piernas por las noches. A veces, las várices pueden limitar sus actividades. Sus síntomas pueden empeorar cuando esté sentado o de pie durante períodos largos, y pueden mejorar cuando se acuesta o levanta los pies.
Síntomas
Las manifestaciones clínicas más comunes son:
· Pesadez de piernas.
· Aparición de varices con venas visibles.
· Edema.
· Hinchazón.
· Aparición de dolor.
· Calambres.
· Sensación de acorchamiento.
· En fases más más avanzadas de la enfermedad pueden aparecer úlceras venosas, dermatitis ocre (oscurecimiento de la piel), o el sangrado en varices complicadas.
Es importante mencionar que las varices son la enfermedad vascular más frecuente y afectan a entre el 20 y el 30 por ciento de la población adulta y su prevalencia aumenta con el envejecimiento.
Por medio de la medicina natural y las plantas medicinales con propiedades venotónicas también pueden ser una opción terapéutica a tener en cuenta. Las más eficaces son castaño de Indias, ruscus, vid roja, ginkgo biloba y hamamelis. Se suelen administrar por vía oral o aplicarse en forma de geles y cremas con efecto frío.
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